La victoria de las elecciones de Estados Unidos por parte de Donald Trump, ha impulsado al mercado de forma decidida al alza apoyado por sus innumerables promesas electorales con el lema de “Make America Great Again”. ¿Serán suficientes para mantener el mercado en lo más alto?
Sin embargo, el trasfondo económico en el país no ha cambiado en absoluto. Más bien, la situación es cada vez más complicada de lidiar e insostenible, si atendemos a los distintos testigos que hemos ido comentando las últimas semanas.
Todo el mundo está convencido de que los mercados se volverán a comportar de igual manera que lo hizo en su primer mandato, cuando el índice S&P500 se disparó un 83%. Fácil de ganar mucho dinero en los próximos años, ¿o no? Si bien, quizás esta vez sea totalmente diferente, si atendemos a la historia.
Tal y como sucedió en 1930, Estados Unidos ya tiene un precedente histórico al tratar de salir de la crisis de 1929, cuando el presidente Herbert Hoover impuso la Ley Smoot Hawley Tariff Act o, lo que es lo mismo, introducción de aranceles y medidas proteccionistas al país. Este hecho, y tal como quiere implementar Trump en su nuevo mandato, incrementó sustancialmente la crisis, forzando la situación a una depresión económica y haciendo estallar la mayor burbuja de la historia.
No tenemos la certeza de que en este contexto actual la historia sea de utilidad, pero parece que las piezas van encajando de manera muy similar.
En este nuevo escenario, Europa será el peor perjudicado y el primero en sufrir los daños colaterales. Tanto es así, que el varapalo que ha sufrido el EURO la semana pasada, empieza a reflejar el comienzo de una travesía por el desierto para la moneda comunitaria. Próximo objetivo 1,05, y en caso de romperse a la baja dicho nivel, la paridad sería su próxima parada.
Todo nos hace pensar que no vienen buenos tiempos para Europa, y las cotizaciones ya están enseñando un futuro nada halagüeño, lleno de muchas incógnitas de difícil solución (guerra de Ucrania, guerra comercial con Estados Unidos, productividad, desempleo…) a lo que le suma un entorno técnico complicado.
Al margen de lo anterior, y observando la reacción de los mercados americanos, la victoria de Donald Trump provocó que los inversores compraran acciones eufóricamente impulsando los índices a máximos históricos. Una espantada alcista que podría haber completado los niveles máximos (o muy cerca) para este año 2024. Es bueno recordar nuevamente, ante la euforia compradora reinante, que las divergencias semanales bajistas siguen intactas y más pronto que tarde, deberían desarrollarse.
Después de la victoria de Trump, el gran vencedor, sin lugar a dudas, ha sido el Bitcoin dado el gran apoyo y la enorme defensa que ha hecho del uso de las criptomonedas por parte del nuevo presidente electo. La estructura técnica es netamente alcista para las próximas semanas, con objetivos predefinidos.
Si bien, los índices pudieran intentar desplegar un tramo más alza, aunque somos de la opinión de que el binomio rentabilidad-riesgo sugiere que invertir en estos niveles con orientación de largo plazo es absolutamente desaconsejable.
Quizás el refrán “comprar con el rumor (promesas de Donald Trump) y vender con la noticia (presidente electo)” sea adecuado considerarlo con gran interés para la asignación de activos de nuestra cartera de inversión actual.
NO olvidar que las valoraciones siguen siendo altas, las manos fuertes muy tímidas vs las débiles en plena euforia compradora a lo que se le suma un entorno técnico de máximos históricos que carece de volumen necesario para confirmar su último impulso alcista y sin un acompañamiento de una salud de mercado interna saludable.
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“Todo parece imposible hasta que se hace”, Nelson Mandela.
¡Un saludo a todos y mucha suerte en las inversiones ¡