La Liquidez Global es el gran aliado de las bolsas.

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En un entorno económico muy complejo y de difícil solución en los próximos meses, a lo que se le suma los crecientes acontecimientos geopolíticos en Oriente Medio, las bolsas siguen su camino alcista, manteniendo una fortaleza técnica envidiable y sin apenas descanso.

Es muy llamativo observar el comportamiento del mercado en las últimas semanas, donde estacionalmente favorecía una cierta debilidad de los índices, pero muy lejos de la realidad. El 2024 se está ganando, por méritos propios, ser el año con el mejor comportamiento del S&P500 en el siglo XXI.

Aunque ya avisamos que el mercado podría tener varias semanas de éxtasis bursátil después de la bajada de tipos de la FED como ha sucedido en la historia, la realidad es que la fragilidad de la economía, así como las excesivas valoraciones de los mercados manifiestan una vulnerabilidad extrema del sistema que se agravará significativamente en caso de un enfriamiento/recesión económica.

Por ahora, las autoridades (bancos centrales) han mantenido las cotizaciones en máximos históricos por la ingente cantidad de oferta monetaria (liquidez) que han puesto en el sistema, alcanzando un máximo histórico de 107 billones de dólares.

Como ya hemos comentado, en varias ocasiones en el pasado, la liquidez global es la savia que mece los mercados. Es importante añadir en este punto, que si bien, es posible que las medidas expansivas ayudan a mitigar el peligro y dar la sensación de vivir en el país de las maravillas en el más corto plazo en los mercados impulsando las cotizaciones como, si no hubiera un mañana, estamos convencidos de que no serán capaces de erradicar los gigantescos riesgos en plazos mayores.

En este contexto, los inversores ignoran cualquier noticia adversa y mantienen el optimismo, asignando una exposición de renta variable a niveles históricamente elevados y que ha sido precedidos de un cambio de la tendencia alcista, poniendo el riesgo las futuras inversiones.

Es por ello, entre multitud de testigos que hemos ido comentando en los últimos meses, que el binomio riesgo-rentabilidad de cara al medio plazo (meses) es muy poco atractivo. O, dicho de otro modo, existe una asimetría abismal entre lo que se puede perder de la ganancia que se puede conseguir.

Por otro lado, comienza la temporada de resultados de las compañías, y de momento, Wall Street está rebajando las previsiones de beneficios preparando el terreno o el juego de expectativas – beneficios.

Juego que consiste en rebajar las expectativas por debajo de las que los propios analistas verdaderamente consideran, con el fin de que los resultados sean mejores (no necesariamente buenos) y batan las expectativas para así poder justificar un repunte al alza de las cotizaciones, incluso cuando los resultados salen negativos. Así, se la gastan los tiburones del mercado, para intentar dejar cautivo a la mayoría de los inversores, en beneficio propio. ¡Aviso a navegantes!

En otro orden de cosas, y si atendemos a los mercados de divisas, dada la incertidumbre global reinante, el gran ganador está siendo el DÓLAR y su resurgir después de unas semanas de capa caída, especialmente con el carry trade del YEN, está siendo potente y dando la sensación de que sólo es el comienzo. Si sigue la correlación histórica con los activos de riesgos (bolsas), el impacto (negativo) debería notarse, más pronto que tarde.

A pesar de multitud de testigos que nos llevan a la cautela, como puede ser, las excesivas valoraciones del mercado, un potencial repunte de la inflación (petróleo ha subido más de 15% en un mes), la deuda galopa al alza sin control (los intereses son la segunda partida presupuestaria del gobierno americano), las peticiones de desempleo se disparan (empleo se resiente y recesión a la vista), la euforia es desmedida entre los inversores (niveles de exposición de renta variable en máximos históricos)…la tendencia estructural de los índices americanos, en especial, del S&P500 es incuestionable y netamente alcista.

Si bien, nadie sabe cuando acabará la fiesta alcista, pero si tenemos claro que una vez se gire el mercado por la excusa que quieran poner, será muy largo y doloroso el camino para la mayoría de los inversores.

“No nos ocurre nada que no estemos preparados para soportar”, Máximo Décimo Meridio.

¡Un saludo a todos y mucha suerte en las inversiones ¡