Los 7 magníficos pierden su encanto. ¿Se acabó la fiesta?

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Durante la semana pasada hemos visto una oleada de ventas de los 7 magníficos o 7 grandes valores tecnológicos – MATAMAN – evaporando algo más de medio billón de dólares y su ponderación total en el índice del SP500 ha alcanzado máximos del 29.6%, lo que ha provocado un arrastre de las bolsas a la baja. ¿El principio del fin?

Ver desplomarse a gigantes de la manera que ha sucedido (Alphabet, Meta, Nvidia..) no es la mejor imagen para mantener la calma y muchos inversores perdieron la paciencia y decidieron vender.

Nada está escrito y la realidad es que el mercado está en zona de peligro técnica evidente. Si echamos la vista al pasado, las similitudes del Nasdaq 100 con la burbuja tecnológica 2001 es cuanto menos curiosa. Como hemos comentado en repetidas ocasiones en las últimas semanas, la amplitud de mercado sigue estando muy débil (¿hundida?), siendo su fortaleza necesaria para tener un mercado de acciones alcista sostenible en el tiempo. Si ahora los 7 magníficos aprietan a la baja, podemos tener una fase bajista bastante viciosa y salvajemente vertiginosa. ¿Se repetirá la historia?

Si observamos detenidamente el gráfico anterior, especialmente desde la mitad hacia la derecha, nos viene a la mente cómo se suelen formar las burbujas financieras a lo largo de la historia económica, representadas por episodios de especulación desenfrenada seguidos por una dolorosa corrección.

Se caracterizan por un rápido aumento de los precios de determinados activos, impulsado por una demanda excesiva y expectativas irrealistas de fabulosas ganancias futuras. ¿La actual Inteligencia Artificial? Sin embargo, como han demostrado los ejemplos históricos, estas burbujas eventualmente estallan, causando pérdidas masivas para los inversores imprudentes.

No queremos ser agoreros alertando del fin del mundo ante la actual situación que nos encontramos y seguimos firmes en la misma idea que hemos ido narrando en las últimas semanas, que no es otra cosa, que compraremos renta variable de cara a final de año ante un momento de pánico vendedor por parte de los inversores menos informados.

Ver una capitulación del mercado, se hace necesaria para obtener un máximo beneficio sin asumir un riesgo excesivo a la hora de salir victoriosos en la compra de renta variable.

¿A qué nos referimos con una capitulación? Capitular significa rendirse, en los mercados se emplea para identificar el momento en que los inversores deciden tirar la toalla después de haber aguantado caídas, con la esperanza de que las caídas serían limitadas y pronto habría un rebote, pero las caídas continúan y hacen saltar la paciencia convirtiéndola en miedo.

Existen numerosas razones para defender un escenario de capitulación que se estuviera gestando y subsiguiente repunte al alza de las cotizaciones, en el peor de los casos, ver al menos un rebote significativo y aprovechable. Unos de los indicadores preferidos que solemos utilizar para identificar ese “clímax vendedor”, es observar el número de empresas del SP500 que cotizan sobre su media móvil de 50 sesiones.

En la actualidad, sólo el 15% de empresas cotizadas se encuentran sobre su media de 50 sesiones y niveles por debajo del 10% se antoja como argumento a favor de un suelo inminente de las bolsas y giro al alza, pensando en un rebote significativo (junio 2022, +18%) o bien, en el medio plazo (meses), tal como sucedió en 2018, 2020 y 2022.

Somos de la opinión de que, para ser rentable de forma consistente en los mercados financieros, se hace imprescindible tener una metodología de trabajo que nos permita “ABRAZAR EL MIEDO de los participantes del mercado” siendo contrarian a la gran masa de los inversores, llegado el momento. En este sentido, mantenemos la zona de compra potencial entre los 3.900 y 4.100 puntos del SP500.

En un contexto de desaceleración global de la economía, las pequeñas empresas son las que más sufren por las políticas de enfriamiento promovidas por las autoridades monetarias (subidas de tipos y reducción de liquidez) que están pagando alrededor del 10% en sus operaciones de financiación a corto plazo, lo que irremediablemente se traducirá en una menor inversión (caída del CAPEX) y una menor contratación de personal. Aquí el debate está, en que si tendrá un efecto dominó con el resto de las empresas del mercado y sectores, o no.

En otro orden de cosas, la importancia de una posible escalada de tensiones en Oriente Medio es vital para ver un impacto significativo en los precios del petróleo y por ende, en el crecimiento económico mundial. La historia nos dice que las guerras son generadoras de inflación, pudiendo ser un obstáculo adicional para los bancos centrales. ¡Más leña al fuego!

Como cada semana, iremos monitorizando los diferentes activos en búsqueda de un binomio riesgo – rentabilidad atractivo para poder invertir.

Vamos a ilustrar nuestro posicionamiento con diferentes gráficas para poder explicarlo mejor:

MERCADO DE RENTA VARIABLE

El entorno general de mercados comandado por un fuerte sentimiento bajista, posicionamiento extremadamente defensivo, pautas completas o estacionalidad, sugiere que las bolsas pueden estar en un proceso de capitulación, para ver al menos un rebote significativo y aprovechable (+10%) ¿durante el mes de noviembre? Nuestra intención es ABRAZAR el MIEDO, comprando renta variable en el área comprendida entre los 3.900 y 4.100 puntos del SP500. Para ello, debemos ver un “clímax vendedor” por parte de los inversores. Idealmente, un “latigazo bajista final” nos activaría la entrada en el mercado de acciones, con cierto grado de confianza. Esta semana se antoja decisiva para posicionarnos en el mercado. ¡¡¡Momento Clave!!!

El deterioro de la amplitud de mercado (el comportamiento de la mayoría de los valores) se hace cada vez más visible, presionando a la baja el índice de pequeñas y medianas empresas americanas (Russell 2000) que se encuentra en el abismo. El cierre de la semana pasada ha venido acompañado con una señal de mucha debilidad, lo que no augura nada bueno para el resto del mercado. En caso de no girarse al alza próximamente, el mercado de acciones estaría en graves problemas.

Como comentábamos al inicio del artículo, a una amplitud de mercado deteriorada desde hace ya varias semanas, se le suma la debilidad en los 7 magníficos, tras presentar resultados esta semana. Recordar que los 7 grandes tecnológicos han tirado del carro todo el año, dando una sensación de total calma a los grandes índices, llegando a revalorizarse más de un 80%. Los procesos en los mercados financieros se retroalimentan entre sí, llegando al caos rápidamente.

MERCADO DE RENTA FIJA

Los BONOS DE ALTO RENDIMIENTO – HYG –  (nuestro canario de la mina) sigue presionando a la baja fruto de una exigencia mayor de los tipos de interés a la hora de colocar su deuda. Lo llamativo, en esta ocasión, es que los diferenciales de crédito se han desvinculado completamente del comportamiento de los tipos de crédito, que apenas se han movido mientras que los tipos han subido con fuerza.

En condiciones normales cuando sube la rentabilidad de la deuda se incrementan los costes financieros de las compañías, de manera que se producen tensiones en los resultados, así como en los ratios de cobertura. Cuando los ratios de cobertura caen y caen también los márgenes y los beneficios, lo normal es que los diferenciales de crédito crezcan.

No es esto lo que está ocurriendo estos días y suben los tipos de crédito mientras que los diferenciales han quedado estancados abajo.

Si bien, y atendiendo a la historia, esa brecha (tipos de interés vs diferenciales de crédito), más pronto que tarde, suele cerrarse. ¿Evento de crédito a la vista?

MERCADO DE DIVISAS

La fortaleza del DÓLAR sigue intacta y sin apenas realizar descanso alguno. Su predisposición a seguir escalando posiciones es una realidad que podría provocar un terremoto en los activos de riesgos (a la baja). Dicho lo anterior, es una buena idea, tener una parte de la Cartera de Inversión en dólares.

MERCADO DE MATERIAS PRIMAS

Todo nos hace pensar que la fase de acumulación de las MATERIAS PRIMAS está en marcha. Si bien, somos conscientes de que la buena estacionalidad de dicho activo se iniciará a finales (diciembre) y principios de cada año. Además, una potencial bajada de los tipos de interés de corto plazo, sería un buen catalizador para que las materias primas empujen con fuerza al alza.

Como hemos ido comentando anticipadamente a lo largo de estas últimas semanas, el movimiento de los diferentes activos que solemos analizar (dólar, tipos de interés, materias primas), y en especial, del índice SP500, es absolutamente asombroso. El título del artículo de la semana pasada ¡ Disfrutad del espectáculo ¡ se ha traducido en que el índice SP500 ha cerrado en negativo 4 de los 5 días de negociación, con un -2,50% en la semana. Octubre hasta la fecha es del -4%. A principios del mes de septiembre, escribimos que “Bajo la superficie no era oro todo lo que relucía” y que un proceso correctivo en los grandes índices bursátiles estaba en marcha. Adicionalmente, añadimos que llegado el momento nuestra predisposición sería ABRAZAR  el MIEDO de los inversores comprando renta variable a pesar de un miedo extremo reinante que paralizaría al inversor menos informado. Todo nos hace pensar que este MOMENTO de comprar renta variable (al menos para un rebote significativo de cara a finales de año) está comenzando ahora.

Mantenemos la misma idea desde hace semanas de que el área de precios del SP500 entre los 3.900 – 4.100 se antoja emocionante y de máximo interés para que se puede establecer un soporte válido aprovechable.

Finalmente, en este momento  actual, es imprescindible trasladar a nuestros clientes que la tendencia de fondo de los activos de riesgos con un horizonte de medio plazo (especialmente en el Mercado de Valores) se ha girado a la baja, después de muchos meses en fase de distribución (manos fuertes vendiendo a los inversores particulares). Si bien, ver rebote de cierto calado como el vivido en junio del 2022 (+18%), previa capitulación del mercado (latigazo final bajista), está sobre la mesa y nos gustaría aprovecharlo.

“El optimista siempre tiene un proyecto. El pesimista siempre tiene una excusa”, Rubén Darío.

¡Un saludo a todos y mucha suerte en las inversiones ¡