Shock en el mercado de crédito y las bolsas se tambalean.

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El comienzo del mandato del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está empezando a poner nerviosos a los inversores ante las controvertidas prácticas negociadores en materia arancelaria que está llevando a cabo, lo que está poniendo en jaque la estabilidad de la política geoestratégica a nivel mundial.

La historia evidencia que el proteccionismo y guerras de aranceles causan más inflación y menos PIB, así lo refleja la encuesta de consumidores de la Universidad de Michigan que muestran que las expectativas de inflación a un año asciende al 4,9% en marzo, el nivel más alto desde noviembre de 2022. Y adicionalmente, las expectativas de inflación a largo plazo (próximos 5 años) también alcanzaron la cota de 3,9%, un nivel no visto desde 1993. ¿Temores inflacionarios?

Dicho comportamiento de las expectativas de inflación se está trasladando al mercado de bonos donde se observa que el tipo de interés del bono americano a 10 años (Tnote), se mantiene estable y con intención de girarse al alza.

Este hecho, se está traduciendo en un aumento de los diferenciales de crédito que llevaban varios años en paz y armonía por la alta complacencia de los inversores ante cualquier suceso inesperado que sucedía en los mercados. ¿Se apagó la música de la fiesta?

Si bien, la gran noticia de la semana pasada sucedió con la señal de advertencia del mercado laboral, pieza clave en la economía americana. La ciudadanía ve al mercado de trabajo desmoronándose a marchas forzadas en los próximos meses, donde esperan un cambio del desempleo de similar magnitud al acontecido en la recesión del 2008. ¿Llegará la sangre al río?

Sea como fuera, las diversas señales de alarma están provocando que el Sentimiento del Inversor alcance niveles de desasosiego total lo que se observa en el aumento de bajistas que se están posicionando en el mercado. Es una condición necesaria pero no suficiente para ver un suelo de mercado relevante.

En base lo anterior, y para tener mayor visibilidad de detectar un suelo de mercado de medio plazo, la otra condición que debe cumplirse es observar una mejora sustancial de la amplitud de mercado, hecho que todavía está lejos que suceda.

Si bien, la semana pasada la Línea AD que mide la salud interna de mercado se apoyó en la media de 200 días, lo que es un buen comienzo si realmente el mercado quiere girar al alza de forma sostenible. En caso de romper a la baja dicha media, la situación de mercado empeoraría de forma exponencial.

En clave de mercados, la incertidumbre continúa elevada y los peligros siguen vigentes, si atendemos la estructura técnica de medio plazo que sigue frágil.

Si bien, para los próximos días, la corrección de mercado americano podría tomarse un respiro y las bolsas rebotar, pero insistimos que los riesgos siguen siendo demasiados importantes como para esperar una resolución definitivamente alcista de las bolsas en el corto plazo.

Por ahora, y para un inversor de renta variable con un horizonte temporal de medio plazo (meses), el binomio rentabilidad – riesgo no es atractivo, y “sugerimos” máxima prudencia a la hora de tomar decisiones de inversión.

“No es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas a ello lo que importa”, Epicteto.

¡Un saludo a todos y mucha suerte en las inversiones ¡